Si eres de las personas apasionadas por las plumas estilográficas, lo más básico que debes conocer de ellas es la forma correcta de limpiarlas. Pues es vital que les tengas un buen cuido para que así sean lo más duraderas posible.

La razón más importante del por qué debemos estar limpiándolas constantemente, es que por el mismo hecho de utilizar tinta, siempre están manchándose, así que si no le removemos esa tinta cada cierto tiempo, corremos el riesgo de que se solidifique y con ello dañará la fluidez necesaria para escribir perfectamente con la pluma. Es sobre todo muy importante, que, si contamos con colecciones de plumas, al momento de dejar de usar una, limpiarla inmediatamente antes de guardarla para que cuando vayamos a usarla de nuevo no tengamos problemas y no se dañen.

Dependiendo de la rapidez que tengamos de limpiar la pluma será el tiempo que tardaremos haciéndolo. Son muchos los factores que pueden influir también en la limpieza, el tiempo que hayamos usado la pluma, la cantidad de tinta que se utilizó, el tiempo sin usarla, etc.

Limpiando nuestra pluma

Ahora bien, para llevar a cabo la limpieza necesitamos de ciertos materiales para poder hacerlo de forma correcta. Para ello debemos tener a la mano: papel absorbente, agua templada porque si es fría o caliente puede dañar los materiales; un vaso desechable; y por último un paño de micro fibra.

Pluma de cartucho

Se puede decir que limpiar una pluma estilográfica de cartucho es de forma muy sencilla, pues solamente una vez que hayamos terminado de utilizarla, la desmontamos, tomamos el vaso con el agua templada y vamos a sumergir la parte del plumín y la parte de agarre. Recuerda que esto puede llevar varias horas y dependiendo del sucio unos días.

Luego de que hayas terminado de limpiar el plumín, tomas el cuerpo de la pluma y con agua puedes humedecerlo y con un bastoncillo de algodón limpiar la parte de adentro por si en algún momento de cayó tinta. Una vez hayas hecho esto, podemos sacar el plumín del agua y con detenimiento con el papel absorbente secarlo muy bien. Al terminar, pasaremos el paño de micro fibra por toda la pluma.

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Pluma de émbolo

Lo primero que debemos hacer en el caso que nuestra pluma sea de émbolo, es revisar muy bien que no tenga tinta adentro. Si éste es el caso debemos vaciar por completo la tinta del émbolo. Cuando hayamos sacado toda la tinta, sumergimos la pluma en el vaso de agua y allí descargaremos y cargaremos el émbolo con la misma agua, para que así se pueda limpiar muy eliminando cualquier residuo de tinta que pueda tener.

Cuando hayamos logrado limpiar toda la tinta del émbolo, buscaremos otro vaso de agua que esté totalmente limpia y volveremos a introducir la pluma, pero esta vez vamos a dejarla allí reposando con el émbolo abierto, igualmente recuerda que puede tardar horas o días. 

Cuando ya hayamos logrado extraer todos los residuos de la tinta, sacaremos la pluma del agua y con el papel absorbente la secaremos muy bien. Recuerda repasar toda la pluma al final con el paño de micro fibra para que tenga un perfecto apagado.

Pluma de convertidor

Este es un proceso más complejo, pues se llevarán a cabo los dos procesos anteriores del cartucho y el émbolo. Como ya sabemos, debemos desmontar toda nuestra pluma, introducirla en el agua solo la sección de agarre con el plumín.

Una vez se haya extraído toda la tinta del convertidor procederemos a descargar y cargar muchas veces el convertidor de agua limpia para cuidar que no quede ningún residuo. Cuando terminemos lo introducimos en otro vaso de agua limpio y lo dejaremos reposar para poder extraer el plumín y el convertidor de la pluma. Al final, secaremos muy bien todo y sellaremos el acabado con el paño de micro fibra.

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